Las distintas parcelas fermentaron por separado para preservar su carácter y personalidad específicos. La fermentación y el contacto con la piel tuvieron lugar en tanques de acero inoxidable con temperatura controlada y duró de 15 a 20 días. Tras las fermentación, los lotes superiores pasaron directamente a la fermentación maloláctica en roble. La crianza de un año se realizó por separado y tras el ensamblaje permanece 6 meses más en barrica antes de ser embotellada.