Su color amarillo, un poco verdoso, denota su juventud. Al acercar la copa a la nariz, encontraremos una buena intensidad aromática, con tonos cítricos muy interesantes. Al probarlo vemos que no es pesado, sino que su frescura invita a beber y puede trasladarnos a zonas más centroeuropeas. En boca, es untuoso y agradable, con una óptima acidez bien ensamblada con la estructura del vino.
Después de vendimiar la uva a mano en su punto óptimo de maduración, los racimos pasan por una mesa de selección y posteriormente son prensados de forma muy ligera y lenta, manteniendo la uva fresca. La decantación sucede de manera natural durante una noche y después el vino es encubado en barricas nuevas de roble francés en las que permanecerá durante 6 meses. La fermentación alcohólica se realiza en este roble nuevo, con ligero trabajo de lías al final de la fermentación. Con el fin de preservar la elegancia del vino, éste se trasiega una única vez.